Durante el verano los niños disponen de suficiente tiempo libre como para realizar todo tipo de actividades. Si queremos que pasen un rato divertido y que disfruten sin estar todo el día sentados delante de la televisión o con los videojuegos, una buena idea es construir un puesto de fruta con el que llevar a cabo ventas fuera de casa.
Construir un puesto de fruta (o un supermercado, pastelería o lo que más os guste) es una manualidad sencilla y permitirá que nuestros niños puedan administrar su propio negocio con una mayor variedad y posibilidades que con los tradicionales puestos de limonada o de pulseras. Además es una forma divertida de que tu peque y sus amigos se hagan con un dinerillo extra.
Para hacer este puesto de fruta tendremos que usar varias cajas de cartón. Una caja grande, como la de una nevera, nos puede servir como estructura principal tras la cual se pueden colocar los niños. Para que vean a los clientes se deben hacer una serie de agujeros a modo de ventanas. Ahí es donde también debes participar tú, para que todo salga pefecto!
En la parte delantera podemos colocar una serie de cajas pequeñas a modo de espacios divididos en los que colocar las distintas frutas. Esto tampoco es difícil de hacer, con una tijera y un poco de pegamento podremos convertir la base de una caja en una bonita estantería donde dejar las frutas.
Si no tenemos cajas podemos conseguirlas con mucha facilidad preguntando en algún supermercado, dado que suelen darlas para llevar a un punto de reciclaje. Será tan fácil como buscar unas cajas de las medidas que nos interesen y que encajen de forma apropiada con nuestra idea.
Después haz los ajustes que necesites en la caja para que tus hijos puedan comenzar a administrar su puesto de frutas. Ayúdales y deja que participen en la manualidad, dado que compartiréis un rato muy divertido en común. Ten cuidado con las tijeras y el pegamento para que no se hagan daño. Eso sí, la decoración de su puesto es cosa suya!
Este proyecto entretendrá a los niños y además podrán sacarse un dinerillo extra vendiendo la fruta a los clientes que pasen por el barrio. Es una buena forma de entretenerles y de paso enseñarles un poco sobre cómo el esfuerzo puede tener recompensas.
Fotos vía; apartamentherapy