En breves se acaba el verano, llega el otoño y con él una de las fiestas más ansiadas del año: ¡Halloween! ¿Quieres decorar tu hogar al puro estilo Halloween? ¡Echa mano de las calabazas! Pues, como sabes, en toda decoración que se precie de serlo en la fiesta más terrorífica del año, las calabazas son un elemento imprescindible. Y, como somos conscientes de su importancia, hoy te enseñamos a decorarlas con la ayuda de tus hijos.
Por supuesto, el primer diseño del que te vamos a hablar es el más típico de todos: ¡la calabaza tallada! Para hacer una calabaza tallada, primero tendrás que quitarle bien toda la pulpa, sacándole la parte de arriba, y dejarla bien vacía. Una vez lo hayas hecho, coge un lápiz y dibuja el contorno de la cara de tu calabaza. Puedes ayudarte con una plantilla para que sea más sencillo. Con la ayuda de un cuchillo afilado recorta la cara que diseñaste. Ahora tienes dos opciones: o bien llenarla de caramelos o bien iluminarla. Para iluminarla tienes dos opciones. Por una parte, puedes utilizar una vela colocada justo en el centro. Y, por otra, puedes iluminarla con lucecitas eléctricas enrolladas en un pequeño frasco y colocadas nuevamente en el interior.
¿Quieres un diseño original y divertido para tus calabazas? ¡Haz que esta noche mágica se conviertan en momias! Es tan fácil como recortarle los ojos y pintárselos con un rotulador permanente e irla envolviendo con papel higiénico o vendas blancas, hasta que parezca una auténtica momia.
Y si te han gustado las momias, tal vez te gusten también las calabazas con huellas de animales o dibujos de tus personajes favoritos. Para decorar una calabaza con este estilo, tendrás que diseñar, en primer lugar, la plantilla de los animales que van a dejar su huella. Una vez tengas las plantillas diseñadas, tan solo tendrás que pintar las calabazas por encima de la plantilla para que el dibujo de esta quede idéntico.
¿Qué te parece esta calabaza de Frankenstein?
Cuando se trata de decoración, todo vale (siempre que no desentone, claro). Cuanto más original sea, mejor será el resultado. A veces es solo cuestión de activar la imaginación y probar hasta conseguir llevar a cabo aquello que tenemos en mente. Así, por ejemplo, puedes iluminar tu jardín con miles de caras nuevas.
O convertirlas en un florero más. O incluso en un original botellero. Lo importante es que siempre a la hora ponerte manos a la obra dejes correr tu imaginación.