¿Día de calor? El agua quita la sed pero termina siendo aburrida. Mucho mejor la limonada: Natural, dulce y refrescante, perfecta para el verano. Además, pueden hacerla los propios niños con un poco de ayuda por tu parte.
Y no sólo para beberla ellos, también para compartirla, ¡proponles montar un puesto de limonada! Sin duda se puede convertir en la tarde más divertida de las vacaciones. Lo primero es hacer la limonada: Por supuesto, que no falten los limones. Calcula que por cada litro de limonada necesitarás cuatro limones. Ir a la frutería a elegirlos, pesarlos y comprarlos también puede ser divertido.
¿Y qué te parece la idea de que monten un puesto y consigan un poco de dinerillo? Yo lo hacía de pequeña y lo recuerdo con mucho cariño, por eso quise compartir esta idea con vosotras!
Después de ir a la compra llega el momento de exprimir los limones, si usan un exprimidor eléctrico tardarán menos y se cansarán menos. Otra forma de hacerlo es pelar los limones y usar la batidora para convertirlos en zumo. Ya sea con exprimidor o batidora, al terminar cuela el líquido resultante para evitar los molestos trocitos, al menos los más grandes.
Añade a una jarra de un litro el zumo de esos cuatro limones y diez cucharadas soperas de azúcar blanquilla. Llenad lo que queda de jarra con agua fresca (según qué zona, usad agua mineral o del grifo). Batid la limonada con una cuchara larga y probad, puede que os guste algo más dulce, en ese caso, echad más azúcar, ¡pero poco a poco!.
Recuerda: Cada litro de limonada llevará el zumo de cuatro limones y diez cucharadas soperas de azúcar además de agua. No olvides meter la limonada en la nevera o tener cubitos de hielo en abundancia preparados (también puedes picar hielo y que parezca un granizado). Y para darle el toque original, ¿qué tal añadir a cada vaso vendido una ramita de menta o pajitas con formas singulares? Usa tu imaginación.
También tendrán que usar su imaginación para las etiquetas de las botellas. Diseñarlas será uno de los pasos más divertidos y creativos. Hacedlas en papel o cartulina de colores, cada una será diferente, única y artesanal. Eso sí, cread un dibujo común que sea el logotipo identificativo de vuestra limonada. Por ejemplo, un limón con piernas y ojos, una jarra llena de limonada con alas, una cara con ojos con forma de limón,…
Las etiquetas las podrán con pegamento de barra en botellas recicladas. Guarda unas cuantas (también el tapón), quítales el etiquetado original y lávalas para que el sabor de la limonada no se mezcle con el del contenido anterior. Además, hazte con vasos de usar y tirar. Incluso puedes ofrecer dos tamaños en tu puesto: ¡El verano da mucha sed!
Llega el momento de montar el puesto de limonada. Escoge un lugar transitado pero cerca de casa para poder acercarte a por más botellas o hielo. Puedes repartir tareas entre los niños que participan (atender, preparar, promocionar o transporte) y que se las intercambien cada cierto tiempo para que prueben todas y no se aburran de hacer lo mismo.
Seguro que por casa tienes alguna nevera de pic-nic que conserve frías las botellas y alguna mesa portátil de camping. Busca un mantel de colores vistosos para cubrirla y haced algunos carteles originales con letras grandes y legibles que animen a probar la limonada.
Ah, acordad antes el precio antes de empezar a vender. También podéis ofrecerla por la voluntad (lo que cada persona decida dar) o regalarla entre el vecindario y amigos. Recuerda que para montar un puesto de forma continuada y con ánimo de lucro haría falta un permiso municipal y alguien con carnet de manipulador de alimentos. Por eso debe quedar claro que esto es sólo un juego para una tarde de vacaciones.
Aún así, tened un lugar donde depositar todas las monedas que consigáis. Para rematar, podéis poneros de acuerdo para ir vestidos del mismo color -¿qué tal amarillo?- o llevar algún gorro original que llame la atención de los viandantes. La diversión está asegurada!