El frosting (crema de mantequilla), o cobertura de vainilla, es una crema exquisita que no deja indiferente a nadie. Es una receta deliciosa y, además, ¡muy fácil de elaborar! Podrás rellenar de un modo muy creativo tus magdalenas y conseguir, así, la sonrisa de todos los invitados en tus fiestas.
Realmente, aunque se trata de una receta muy básica y que carece de complicaciones, es increíblemente efectiva y llamativa. Estoy segura de que estás cansada de ver mil veces en celebraciones especiales cupcakes decorados. Pues llegó el momento de que pruebes a hacerlos tú misma!
Para conseguir un excelente frosting necesitas:
Ingredientes
- 250 gramos de azúcar glas.
- 30 mililitros de leche.
- Un par de gotas de extracto de vainilla.
- 150 gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
Bate la mantequilla con una varilla hasta que parezca crema, luego añade despacio un poco de leche, de vainilla y de azúcar glas. Continua añadiendo parte de cada ingrediente mientras mezclas hasta que ya no quede nada.
Ayúdate de una palita de goma. Cuando todo esté bien integrado notarás que la textura es esponjosa.
Añade, entonces, una gota de algún tinte alimenticio para obtener colores concretos y divertidos y juega con su tonalidad.
Traslada la crema a una manga pastelera y comienza a decorar las magdalenas – recuerda que también sirve para bizcochos y tartas-. Una vez rellenados los cupcakes, el frosting cogerá ‘cuerpo‘; la parte externa se endurecerá ligeramente mientras el interior se mantiene tierno y delicioso.
También es posible elaborar la cobertura de vainilla juntando todos los ingredientes desde el principio. Si se decide optar por esta alternativa, hay que prestar mucha atención a la batidora, ya que esta operación debe realizarse despacio; primero con velocidades bajas y después, aumentándolas.
Para ser original, decora con esta cobertura de vainilla tus cupcakes, no pasarán desapercibidas.
Y no olvides que sobre los cupcakes puedes añadir trocitos de chocolate, bolitas de anís de colores o lo que se te ocurra.